Calcular la rentabilidad en inversión inmobiliaria es fundamental para evaluar el rendimiento de una propiedad. Hay varios indicadores que puedes utilizar, pero dos de los más comunes son el rendimiento bruto y el rendimiento neto. Aquí te explico cómo calcular cada uno:
Rendimiento Bruto:
El rendimiento bruto se calcula dividiendo los ingresos brutos anuales por el costo total de la propiedad. La fórmula es la siguiente:
- Ingresos Brutos Anuales: Incluyen el alquiler que recibes de los inquilinos y otros ingresos relacionados con la propiedad, como estacionamiento, lavandería, etc.
- Coste Total de la Propiedad: Incluye el precio de compra de la propiedad, así como los costos adicionales como impuestos, tarifas legales, y cualquier mejora significativa.
Un rendimiento bruto más alto indica una mayor proporción de ingresos en relación con el costo de la propiedad.
Rendimiento Neto:
El rendimiento neto toma en cuenta los gastos operativos y se calcula restando los gastos totales anuales de los ingresos brutos anuales. La fórmula es:
- Ingresos Brutos Anuales: Incluyen el alquiler que recibes de los inquilinos y otros ingresos relacionados con la propiedad, como estacionamiento, lavandería, etc.
- Gastos Totales Anuales: Incluyen impuestos, seguros, mantenimiento, tarifas de gestión, y cualquier otro gasto relacionado con la propiedad.
- Coste Total de la Propiedad: Incluye el precio de compra de la propiedad, así como los costos adicionales como impuestos, tarifas legales, y cualquier mejora significativa.
Un rendimiento neto más alto indica una gestión más eficiente de los gastos, lo que puede ser un indicativo de una inversión más sólida.